Pero para muchos otros, jubilados en su mayoría o viejos, y si no con mentalidad de anciano, van a los cafés "para estar en el café", a algunos les ha servido un psicólogo, otros van a cuanta cosa les sirva como terapia, pero año tras año, existe solo un lugar que es mi terapia y mi refugio del tiempo, los cafés.
Si bien amo esas viejas cafeterías, con mozos cascarrabias, que te miran feo si les moves algo cuando te están poniendo el plato, últimamente el Tienda de café a tres cuadras de mi casa, me esta cautivando, el jazz que ponen, ayuda.
Café Los Galgos, Lavalle y Av Callao 501. |
" ¿ Que a qué se va al café entonces ? ¡ Ah! Es un secreto demasiado sutil para que pueda transmitirse por el medio grosero de la palabra (...) sólo acierto a decir que, aunque muchos van al café para hablar de política- en la que buscan siempre la misma excitación nerviosa que obtenían antes con la cafeína- o para jugar al dominó, los verdaderos hombres de café no va a eso ni a nada parecido. Van al café y esto es todo. Van al café para estar en el café "
Julio Camba
Y hablando de ser como un anciano:
¡Jovencito! Yo nunca he sido joven,
lo que se llama joven. Como un viejo
de cinco años de edad meditaba en la muerte
revolviendo una poza con un palo.(A los quince, a los veinte, a los veintiocho
revolvía una poza con un palo).(Armando Uribe, No hay lugar)
Parecido a mi abuelo, con su abrigome paseo gravemente por mi piezaa los doce años. Leo las cartas de Lord Chesterfield.El resultado es éste: a los treinta y cinco años
estoy tendido en la cama de mi pieza
y soy mi propio abuelo.(Armando Uribe, No hay lugar)
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